¿Romanizar o no romanizar? Aprendiendo el idioma Coreano.
- coreade3en3
- 16 abr 2021
- 4 Min. de lectura
El alfabeto coreano
El idioma coreano tiene su propio conjunto de símbolos con el cual expresarse de manera escrita: el 한글. Este código de escritura fue creado durante el reinado del Rey Sejong El Grande, a mediados del siglo XV. El Rey observaba con desazón la frustración de los pobladores de su reino ante la imposibilidad de poder interpretar y expresarse con los complejos caracteres chinos que se usaban en esa época. Es por ello que ordenó que se estudie la lengua hablada y que se cree un conjunto de símbolos sencillos con los cuales la comunicación escrita fuese más accesible para el pueblo. Así nació el 한글, que consta de 21 vocales (repartidas en 11 vocales simples y 10 diptongos) y 30 consonantes (repartidas en 14 consonantes simples, 5 consonantes dobles y 11 consonantes complejas o grupos consonánticos). Los sonidos del 한글 ¿Cómo suenan estos símbolos que componen el 한글? Estamos utilizando a propósito el 한글 para escribir el nombre del alfabeto coreano. Quienes no conozcan este idioma y sus símbolos, no serán capaces de darle sentido a esto: 한글. Son simples líneas y círculos, que nuestro cerebro no relaciona con ningún sonido en particular. Está claro que cada uno de los símbolos del 한글 está asociado a un determinado sonido y que cualquier persona coreana instruida leerá de manera fluida estos símbolos, tal como nosotros somos capaces de leer los símbolos de nuestro propio alfabeto.
Aquí presentamos los sonidos aproximados de los tres primeros caracteres del 한글:
Letra: ㄱ
Nombre: 기윽
Suena parecido a: G o K
Una palabra y su significado: 가 (“Vé”)
Letra: ㄴ
Nombre: 니은
Suena parecido a: N
Suena parecido a: significado: 네 (“Si”)
Letra: ㄷ
Nombre: 디귿
Suena parecido a: D
Suena parecido a: significado: 도 (“También”)
¿Qué es la Romanización?
Cuando un coreano lee un texto en 한글 pronuncia sonidos que podemos asimilar como algunos que conocemos, y podríamos intentar “escribir” lo que hemos escuchado, pero con nuestro propio alfabeto. La Romanización es el sistema formal para transcribir los sonidos del idioma coreano a símbolos de nuestro propio alfabeto, de forma tal que su lectura produzca un sonido lo más cercano posible a la pronunciación original en el idioma coreano. Existen normas y reglas establecidas por la Academia Nacional del Idioma Coreano para generar estas romanizaciones. Estas romanizaciones, que son las que encontraremos habitualmente en textos escritos, están orientadas a la pronunciación de sonidos en el idioma inglés (y sus reglas fonéticas). Cuando queremos leer algo que se encuentra romanizado, si no tenemos en cuenta este hecho, probablemente estaremos pronunciando algo muy diferente de lo esperado. Es posible construir romanizaciones del idioma Coreano adaptadas al español, pero también se deberá tener en cuenta el carácter regional de nuestro idioma, ya que las pronunciaciones varían entre países hispanoparlantes, así como en diferentes regiones de un mismo país. Así, por ejemplo, la letra (diptongo) 야 se romaniza por regla como ya, pero una romanización más adecuada al idioma español para esa letra sería ia.
¿Cómo leemos?
El cerebro busca el camino conocido Quienes hemos sido instruidos y alfabetizados, no necesitamos hacer un esfuerzo para interpretar un texto escrito. Nuestro cerebro puede leer, interpretar, agregar sonido y significado y permitir que nuestra boca emita sonidos acordes ante un texto escrito en nuestro idioma Español. No necesitamos “pensar” para “leer”: simplemente decodificamos el texto de manera natural y realizamos el proceso de incorporar los símbolos para su lectura sin complejidad. Yendo aún un poco más lejos, nuestro cerebro es capaz de leer un texto en otro idioma que comparta el mismo alfabeto con nosotros, tal como el inglés, o el italiano. En estos casos, también seríamos capaces de “leer en voz alta” el texto leído, sin una gran dificultad. De lo que seremos concientes es que seguramente la pronunciación, es decir el modo en que debieran sonar esos símbolos, probablemente será equivocada. Pero a pesar de ello podemos leer en voz alta el texto (aún pronunciando mal). Al enfrentarnos a la situación de tener que leer un texto en un idioma que no comparte el alfabeto con nosotros, como el Coreano, el Japonés, el Ruso, el Griego, etc., nuestro cerebro ya no tiene la capacidad de leer: nuestro cerebro no puede asignar ningún sentido a los símbolos que aparecen en el texto escrito y quedamos incapacitados para el proceso de lectura. Si el texto que nos presentan, por ejemplo en idioma Coreano, tuviera bajo cada renglón la romanización correspondiente, nuestro cerebro dirigirá la mirada inmediatamente hacia la romanización, ya que puede otorgarle sentido y regresa a su zona de confort. De esta forma, estaremos leyendo el texto –tal vez con sonidos similares a los que se esperarían-, aún sin comprender nada de lo que leamos, como en el caso de leer un texto en inglés o italiano cuando no conocemos esos idiomas. Nuestro cerebro siempre intentará ir por el camino más sencillo y eficiente para resolver la situación. De esta forma, si nos enfrentásemos siempre a textos en 한글 que se encuentren romanizados, difícilmente aprenderemos en algún momento este alfabeto.
Seamos niños nuevamente: el desafío de incorporar nuevos símbolos
Cuando nos decidimos a aprender el idioma Coreano, nos enfrentamos a este dilema. Es necesario aprender el 한글, sus sonidos, sus excepciones, sus complicaciones. Sus parecidos con el español, sus diferencias. Seremos como niños de Jardín tratando de alfabetizarnos. Cada símbolo tiene que ser aprendido, practicado, recordado, asimilado y procesado hasta que nuestro cerebro sea capaz de verlo y asignarle un sonido. El proceso será más rápido o más lento, dependiendo de las características y la dedicación de cada persona. Personalmente, cuando me enfrenté al desafío de aprender el idioma Coreano, acepté el reto de no utilizar nunca las romanizaciones. La sensación a veces se tornaba como una bomba estallando dentro de mi cráneo, pero con paciencia y perserverancia fui logrando que la lectura de textos en Coreano se vaya haciendo más fluida, aunque siento que aún estoy lejos de alcanzar mis objetivos.
Entonces, ¿vale la pena romanizar?
El dilema es el siguiente: leer rápido o leer bien. Al comienzo puede parecer más sencillo leer aferrándose a la romanización. Sin embargo, si hemos elegido aprender este hermoso idioma, más tarde o más temprano tendremos que ser capaces de leer en 한글. El proceso de lectura mediante romanización solo enlentecerá este aprendizaje. Es necesario establecer un equilibrio entre la ansiedad de aprender rápido y el trabajo duro y esforzado que se necesita para alcanzar nuestro objetivo. Mi recomendación es tener paciencia, muchas ganas de aprender y esforzarse mucho. 파이팅!!!

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